Home On The Range
Esta canción fue escrita con mayor probabilidad por dos hombres de Kansas en los años 1870: El doctor Brewster Higley escribió la letra y Dan Kelly escribió la música. Existen varias versiones de esta canción. He aquí una...
Home On The Range
Hogar en la pradera
Canción tradicional
Canción tradicional
(Inglés)
(Español)
Oh, give me a home, where the buffalo roam,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Where the air is so pure, the zephyrs so free,
The breezes so balmy and light,
That I would not exchange my home on the range
For all the cities so bright.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Oh, give me a land where the bright diamond sand
Flows leisurely down the stream;
Where the graceful white swan goes gliding along
Like a maid in a heavenly dream.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
How often at night when the heavens are bright
With the light of the glittering stars,
Have I stood here amazed and asked as I gazed
If their glory exceeds that of ours.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Oh, I love these wild flowers in this dear land of ours;
The curlew* I love to hear scream;
And I love the white rocks and the antelope flocks
That graze on the mountaintops green.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Then I would not exchange my home on the range,
Where the deer and the antelope play;
Where seldom is heard a discouraging word
And the skies are not cloudy all day.
Home, home on the range,
Where the deer and the antelope play,
Where seldom is heard a discouraging word,
And the skies are not cloudy all day.
Ho, denme un hogar donde vaga el bisonte,
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Donde el aire es tan puro, los céfiros tan libres
Las brisas tan ligeras y fragantes
Que no cambiaría mi hogar en la pradera
Por todas las ciudades más brillantes.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Ho, denme una tierra donde la arena de brillo diamantino
Corre apaciblemente en la corriente,
Donde el cisne gracioso y blanco va deslizando
Como una doncella en un celestial sueño luciente.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Cuántas veces, por la noche, cuando el cielo brilla
Con la luz de las centelleantes estrellas
Me quedé aquí, estupefacto y pregunté mirando
Cuál era superior, nuestra gloria o la gloria de ellas.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Ho, me gustan estas flores salvajes en nuestra tierra querida;
Me gusta oír el grito del zarapito real
Y me gustan la roca blanca y los rebaños de antílopes
Que arriba de los montes verdes van a pastar.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Entonces no cambiaría mi hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Hogar, hogar en la pradera
Donde juegan el antílope y el ciervo
Donde pocas veces se oye una palabra desalentadora,
Y todo el día no está nublado el cielo.
Agradecimientos
Muchas gracias a Bronwyn por esta canción.